Producir en Córdoba V - Esteban Lapasset
Llegamos a
la quinta edición de los encuentros más necesarios de la producción musical
cordobesa. Esos que nos acercan a los héroes anónimos, que laburan en las
sombras largo y tendido para que los discos de nuestra querida música local
mantengan y eleven su estándar de calidad cada vez más.
Se aconseja discreción al leer la nota. Al momento de la misma, los dos
protagonistas estaban en el proceso de ingesta de bebidas alcohólicas y algún
copetín, de manera que el sentido de la responsabilidad y la mesura en los
comentarios aquí registrados, están sujetos a una sensible baja de las
inhibiciones.
Era una tarde que invitaba a hidratar el paladar y, habiéndose
extraviado las llaves de la oficina del entrevistado, a Lapa y a quién les
habla no les quedó otra que aterrizar en un bar del barrio, a orillas de la
cañada. Llegamos temprano y la mesa estaba recién puesta, el copetín llegó
junto con la cerveza que ya hacía transpirar los vasos. Al brindis y a la
charla nos remitimos:
Esteban Lapasset (o “Lapa”, como es conocido por la mayoría en el
ambiente de la música) estudió Tecnología en Sonido en la Universidad Andrés
Bello de Santiago de Chile. Más adelante trabajó en Estudio Hendrix donde tuvo
la posibilidad de grabar a Osvaldo Fatorusso, Jota Morelli, Guillermo Vadalá,
Rubén Juárez, Hugo Ordanini, Luis Lewin con Juan Carlos Ingaramo como
productor. Trabajó como técnico y productor de la banda “Palo y Mano” del 2000
al 2014, también para Nuna Malta, Tripodelicos, Agua por Dentro, Taquepela,
Índigo, El Club de los Principiantes, Turmalinas, Ojos de Piedra. Además se
desempeña como profesor de tecnología en La Colmena Escuela de Músicos desde el
año 2002 y actualmente se encuentra preparando un proyecto para una escuela de
sonido itinerante.
- ¿Cómo empezaste tu carrera como sonidista y productor?
Después de un tiempo me fui de La Metro y empecé a dar clases en La
Colmena, que daba más con mi perfil porque es una escuela para músicos. Mi
perfil es más artístico por decirlo de alguna manera. Trabajo más de Productor
que de Técnico; y creo
que la diferencia sustancial en la calidad de audio que tenemos con respecto a
la música de otras industrias por ejemplo, parte de la base de la producción y
el arreglo, más que del tipo de “máquina” que se use.
Con tener buenos equipos marcas una
diferencia, pero lo fundamental es que la canción esté bien producida. Desde el arreglo, desde la composición, refinar la
idea… De esa manera, estando como técnico, empecé a ayudar a muchos de los
chicos con sus canciones. Entonces cada vez que trabajo con una banda termino
metiéndome mucho en la producción de lo que traen como para poder exprimirlo al
máximo. El enfoque exclusivamente técnico no hace brillar un disco. El disco
tiene que sonar bien tocado con dos guitarras criollas, y después viene todo lo
demás. Ahí es donde se encuentra la mano del productor, que es capaz de lograr
ése efecto.
Hoy en día trabajo como un productor, que graba. Ese es el trabajo que
hago realmente. Tengo la suerte de poder trabajar en el estudio de La Colmena,
donde me encuentro muy a gusto; y por otro lado tengo mi estudio en casa donde
está mi set y es donde toco, porque también tengo un proyecto musical.
- ¿Qué
instrumento tocás?
Soy pianista, de hecho estudié en La Colmena cuando era más chico. Cuando volví de Chile produje el disco de una banda que se había formado muy recientemente que se se llama “Palo y Mano”, una banda de percusión africana. Entonces a través de la producción de ese primer disco, empecé a tocar los tambores y más adelante me hice parte de la banda. Seguí siendo el productor pero ya desde adentro. Después armé una banda donde también toqué el bajo; llega un momento cuando producís en el que empezás a relacionarte con todos los instrumentos y tocás de todo, por necesidad. Conociendo cómo son los diferentes instrumentos desarrollás una percepción diferente, más abarcadora sobre la función que cumple cada uno dentro de una banda. Componés diferente, pensás las partes de modo diferente, te hace crecer como profesional. Entendés el hecho de que “el arreglo hace a la mezcla”. Para mí ahí está el secreto de los discos que te llegan profundamente, que es el fin perseguido por todos los que hacen música: que lo que hacés toque a la gente.
Con Ingaramo aprendí mucho. Pude entender lo que es un productor y lo
que es un técnico. Entendí que yo podía hacer las dos cosas; y no hablo de ser
productor como cartel, sino el que labura. El que se pone la camiseta, se hace
parte de la banda y saca todo adelante.
- En la
Colmena das clases de Producción…
Si. Por eso te decía que en La Colmena encontré mi lugar. Hay otros
profes que dan materias más concretas en lo técnico. Particularmente, yo no soy muy exigente con
lo técnico, ni con la matemática, ni con por qué un
condensador funciona de tal o cual manera…Sino que trato que un músico aprenda a grabarse para que pueda generar
sus propias producciones, pero siempre desde el lado del músico-técnico.
- ¿Cómo
ves la posición del músico frente a la evolución tecnológica en la manera
de hacer música?
El músico de hoy en día está ligado sí o sí a la tecnología, por una
cuestión temporal. Hoy todo es tecnología. Tenés la posibilidad de tener una
guitarra, grabarla, después grabarle arriba un bajo, ir a hablar con un bajista
y mostrarle lo que hiciste para debatir la idea, etc. En realidad todavía está
cambiando un poco todo, porque no todos los músicos saben cómo usar
los programas de grabación; es algo que no se ha generalizado. Todavía hay
muchos músicos que se sienten ajenos a las computadoras. Son ellos y su
instrumento, y que la computadora la maneje otro.
Por ahí si sos instrumentista, está todo bien con eso. Pero si querés
involucrarte en la composición, la herramienta de la computación es
indispensable; podés escribir y probar arreglos para una orquesta entera y
después transmitírselo a los músicos, por ejemplo. Eso genera un nuevo perfil
de músico, que es el de la composición unipersonal transmitida al resto de los
artistas que conforman la banda o la orquesta. Ahora tenemos más posibilidades
de transmitir ideas más completas.
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Con Tripodélicos |
- ¿Te
parece que esa situación dio lugar a gente que se sienta en la silla de
productor o técnico que a lo mejor no tendrían que estar, por el hecho de
ser tan sencillo acceder a una placa y un micro?
La música es tan infinita, que puede estar al alcance de todos. Pero después está lo que sale de esa intervención; que le puede gustar a todo el mundo, a unos pocos, o a nadie. De todas maneras, todos los niveles de productores están bien, porque la ecuación siempre da infinito.Muchas veces he escuchado cosas como “Ya está todo hecho”, o “Los Beatles ya hicieron todas las combinaciones de acordes posibles”, y no es verdad. No llegamos a una meseta a nivel creativo, al contrario. Han aparecido nuevas herramientas que nos pueden elevar a niveles creativos siempre diferentes. No sé si mejores, diferentes. Lo nuevo. Yo no soy muy purista de los formatos de bandas o tipos de producciones. Mientras se toque a las personas y les produzca algo, es válido. Si se llega con un mensaje positivo, obviamente que es mejor. En eso, yo sí disiento con algunos artistas, sobre todo en lo que dicen y lo que predican.- ¿Qué
pensás de los fenómenos de “Éxitos Instantáneos” que se suelen dar, sobre
todo en estas épocas, como los de la “Cumbia Canchera” por ejemplo?
La cumbia canchera empezó siendo una reproducción de canciones pasadas a otro estilo; hacen versiones en cumbia de canciones conocidas. Un poco como viene sucediendo con la cumbia hace mucho, pero con una vuelta de rosca publicitaria. Hace bailar a un montón de gente; las canciones que vienen eligiendo hasta ahora tienen letras copadas, por lo tanto el mensaje está bueno…y después puede gustarte o no, pero eso es otro tema. Personalmente la cumbia me gusta mucho. Sobre todo la colombiana. Me gusta mucho Celso Piña, de hecho hago cumbia.- Es
difícil de hablar de estos temas, sobre todo cuando siempre se pone en
discusión el valor cultural de lo que se hace, ¿No?
Es un territorio delicado. Por citarte un ejemplo, vos podés interpretar la letra de una canción como si estuvieras haciendo apología de las drogas y a lo mejor a alguien que consume drogas le hace caer la ficha de que está pasado. Por decir algo. Por eso digo que la música es infinita. No es sólo lo que yo hago, sino lo que yo hago más la forma que toma en vos, en él, en ella... Uno como artista está en una búsqueda.- Cuando
producís, ¿Sos de hacer observaciones en las letras?
Eso también es complejo. Todavía no me ha pasado de tener la necesidad de meterme a cambiar letras; por ahí sí me ha pasado de tener que hacer reflexionar al escritor sobre lo que se dice en la canción porque no lo entiendo, o no me llega. Y mirá que cuando producís un disco, se escuchan muchísimas veces las canciones. Alguna sugerencia he tirado, pero tengo que tener la ocurrencia. Porque si no le estás diciendo al loco: “No está bueno lo que estás haciendo, pero no sé qué podés hacer para que quede mejor.” Y ahí le estás cagando la vida (risas).La sugerencia a ese nivel vale, incluso a nivel instrumental, si crees tener una idea que sea mejor para reemplazarla. Si no como productor, estás poniendo un palo en la rueda en vez de aportar.- ¿Te
parece que esa situación dio lugar a gente que se sienta en la silla de
productor o técnico que a lo mejor no tendrían que estar, por el hecho de
ser tan sencillo acceder a una placa y un micro?
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Ensayo de Palo y Mano
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Te sentís responsable, pero sin peso. Ellos te contratan o te contactan
para que lleves adelante tu tarea, que a veces incluye hacer observaciones y
tomar decisiones para cambiar. Miles de veces sucedió que hice observaciones
que a la banda no le gustaron, y no se hicieron. El productor está para
proponer, para entregar un poco de su creatividad al grupo, para ayudarlos a
que refinen y mejoren sus ideas. Ése es el rol ideal en que el productor
debería colocarse.
A mí me gusta que los estilos se salgan de su estructura. Me gusta el
rock, el reggae, el blues, me gustan los estilos puros; pero considero que un artista
actual necesita tomar todo lo que le gusta, y formar la música del 2016 en
adelante. Algo que tenga un mensaje actual; aunque hay mensajes escritos hace mucho que pueden
ser muy actuales. El tema es darle un marco
referencial y sonoro más apropiado a los tiempos que corren; actualizar el
sonido y la producción. Si sabemos que la historia siempre se repite, está
bueno que los mensajes se refresquen y puedan llegarle a los más pibes. Eso se
logra con ésa modernización.
- Cuando
uno empieza a escuchar música, por lo general de más chico, busca
identificarse con algo que te diferencie a lo mejor de lo que escucha la
gente mayor. Hoy por hoy uno no hace música pensando en estos géneros
tradicionales como el folklore, para que te escuche la gente mayor
únicamente. Pensás en cómo llegarle a los pibes que tienen dieciocho, o
veintipico de años…
Claro; que además es el público recitalero, que te va a seguir. Sobre
todo que el mensaje llegue a los más pibes, que son los que tienen todo por
hacer. Y por lo mismo: la historia se repite. Entonces…para que aprendamos, y
no se repita tanto (risas), o se repita más de vez en cuando.
Siento que el músico tiene una misión social. La música tiene un
sentido; no es “Quiero llenar Obras y saciar mi ego
gigantezco.” Para mí no es eso la música. Hay un sentido más importante en esta
cuestión de dar, más que recibir. Te puedo asegurar que si te dedicás a
escribir letras que tiren buena onda, esa onda vuelve. Podés hacerlo de muchas
formas, hay mucho para decir. Simplemente contar tu realidad, o escribir una
buena canción de amor, es tirar una onda. Hay que darle esa importancia a lo
que uno dice. Estamos llenando un espacio donde hay silencio, metiendo música y
tiene que tener un sentido, tiene que servir.
- ¿Vas
a recitales de bandas locales? ¿Consumís música de acá? Además de lo que
producís…
A mí me gusta ver bandas en vivo, opero los shows de algunas (lo que me
mantiene en el ruedo) y además toco entonces eso me mantiene dentro de la
posibilidad de ver bandas; Aunque hoy en día sigo curtiendo la noche, porque me
encanta, no lo hago tanto como hace 10 años porque tengo mi familia. El
contacto con los músicos lo tengo más que nada por el lado de La Colmena,
porque al ser profesor ahí conozco mucha gente, lo que para mí es muy enriquecedor.
- ¿Hace
cuánto estás dando clases?
Empecé en el dos mil, cuando se inauguró La Metro.
- ¿En
ese tiempo, qué observación hacés sobre los alumnos o los músicos? ¿Con
qué inquietudes van a aprender?
Una observación que tengo, además de que me gusta, es que los músicos
hoy no se cuestionan el tema de ser o no ser músicos. Están en ese tren
absolutamente convencidos, y eso es interesante y nuevo si lo comparo con mi
generación. Yo soy parte de la generación de músicos que tuvo que pelearla para
que nuestros padres, por ejemplo, se quedaran tranquilos de que no estoy
haciendo cualquiera. Soy de la generación que se tuvo que ganar el respeto de
la gente, en la posición de decir “Sí, soy músico pero no estoy pelotudeando,
estoy haciendo algo copado”. Aparte no podría haber hecho otra cosa, no había
discusión para mí.
Veo mucho convencimiento en los pibes. Ni se preguntan por qué o si está
bien o está mal; eso me gusta, porque sin saberlo empezás a hablar desde otro
lugar con los chicos, porque quieren ser profesionales, por eso están en una
escuela de música. Entonces hay una conciencia de que si se hacen las cosas, se
tienen que hacer bien.
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En su rol de docente |
Llegó el mozo con la segunda cerveza, y pensando en
lo anterior pregunté:
- ¿Lo
que vos observás según el convencimiento y el profesionalismo de los más
jóvenes, lo ves reflejado en la música que se ve circulando?
SI, totalmente. La cantidad de bandas de temas propios llevan su música
a un nivel profesional. Eso no ha sido siempre así. Hay un nivel de búsqueda
mucho más profesional. Antes había algunas bandas que apuntaban a eso, pero
eran pocas. Eso siempre fue algo muy típico; había una banda que despegaba
sola. Y una banda que despega sola, no provoca un movimiento social.
El tema es que tienen que ser muchas las bandas que eleven la calidad
artística para generar un movimiento. Y yo creo que eso está pasando; hoy en
día se apunta muy alto, con muchas ganas y profesionalismo (unas más y otras
menos, por supuesto). Veo que ese mismo convencimiento que tienen los músicos
individualmente, hace que haya bandas trabajando a un muy buen nivel.
- ¿Y
qué es lo que hace falta? Le pregunté a muchos actores del rubro
últimamente (productores, músicos, productores de fechas, dueños de
estudios, dueños de lugares para tocar, sellos) y todos coinciden en que
no hay una industria consolidada, a diferencia con otros lugares del mundo
donde las bandas que se forman tienen cierta certeza de que van a poder
tocar mucho y laburar de lo que eligieron hacer…
Acá hay que crear la industria. Se está empezando a mover la cosa, pero
es a largo plazo. Estas bandas tienen un desafío muy grande que es perdurar. Lo
que significa bancarse muchos años trabajando seriamente en el proyecto
artístico (que implica grabar discos, componer, hacer videos, tratar de que la
gente vaya a los shows, hacer prensa). Un proyecto de banda es un laburo
enorme. Hay muchas cosas que se deben hacer, y hay que saber que todo esto lo
vas a hacer durante un buen tiempo hasta que dé sus frutos. Entonces tenés un
grupo humano que debe permanecer unido y trabajando en serio durante mucho
tiempo, recibiendo pequeñas dosis de adrenalina y de reconocimiento. La mayoría
de las bandas que llegaron al estatus de “Mainstream” tenían diez o quince años
de trabajo serio, copado, con onda, con esfuerzo encima. Entonces el desafío
para que se genere un movimiento en Córdoba de las bandas “under” es trabajar
muy profesionalmente sin descanso, durante mucho tiempo. Ahí sí se puede
visualizar un cambio y generar un circuito. Pero tiene que ser una cuestión
generalizada, de muchas bandas.
- También
he escuchado opiniones al respecto de cómo los medios, básicamente, están
sentados esperando que las bandas se acerquen y no van a buscar o a ver
bandas nuevas o proyectos. Vos como quien forma parte de múltiples
visiones, ¿Qué opinión te merece la relación con los medios?
Las bandas se tienen que encargar de invitar también. Históricamente la
prensa se labura haciendo lobby. O sea, vos llamás a la prensa un día antes de
la tocada, invitás algo para consumir, a lo mejor tocás uno o dos temas…es un
re laburaso; pero estás generando, para un periodista adulto, con familia, que
quiere estar en su casa a las nueve de la noche, una convocatoria a la que sí
puede asistir. Porque ése es un tema, también; por ejemplo: Podés invitar a
todos los periodistas de Córdoba a tu show, pero tocás a las tres de la mañana
y encima en las afueras de la ciudad…y vas a tener que saber que muchos no van
a poder o no van a tener ganas de ir a cubrir el evento. Para eso también hay
conferencias de prensa, en un horario común a muchos, etcétera. Es todo lobby.
Ése es el mecanismo de prensa, que por otra parte no es un secreto. Funciona
así. Y mientras vos tengas un producto interesante y te encargues de que cada
año que pasa, el producto se refine más, te puedo asegurar que se van a
interesar.
- ¿Si
tuvieras que elegir una especialidad dentro de la música, cuál sería?
Así como hago uso de mis tres puntas, dando clases, produciendo y
tocando, me encantaría hacer música para cine. Me gusta, lo he hecho un poco
cuando vivía en Chile, haciendo postproducción y es un área que me encanta.
También podés componer y decir cosas, hacés música de manera más aireada, lo
cual me gusta. Generar paisajes y climas, que tranquilamente se puede llevar
después a un proyecto de bandas.
- ¿Qué
bandas de Córdoba te gustan?
Me gusta mucho Qi Funk, La Pata de la Tuerta que tiene un show increíble
y con mucha onda, Calle Vapor que tocan con un ondón genial y me parece que hay
que verlos si o si, Los Tripodelicos (que los produje, y vamos a seguir
trabajando para el nuevo disco), los chichos de FlyFlyCaroline; Caro Merlo (la
cantante) tiene mucha onda, con un timbre agradable ¡Los Toch! Hay muchas
bandas cordobesas que me gustan.
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Cartenders - Cosquín 2016 - Hangar |
- Remitirse
a trabajos de los que tengamos dudas o nos haya parecido que podríamos
haber hecho mejor las cosas, es fácil. Pero si tuvieras que rescatar algún
laburo en el que hayas pensado “Hice lo que necesitaba ser hecho. Estoy
conforme” ¿Cuál sería?
Es muy difícil, porque yo considero que todavía no me he terminado de
formar como técnico ni como productor entonces en todos los discos digo que
tendría que haber hecho otra cosa (risas). Pero todos los discos y artistas son
tan distintos, que cada proyecto te trae una dificultad nueva o un desafío
diferente. Lo que sí, quiero producir discos “2016” para adelante. Quiero hacer
discos que suenen actuales.
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Llegamos al final de la quinta entrega de Producir en Córdoba, y esto
cada vez es más interesante. Quiero agradecer a Esteban por su predisposición, su
buena onda y sobre todo la humildad para compartir un rato conmigo, hablando de
lo que más nos gusta. Gracias a todos los que se interesan por compartir esta
data, que tiene como objetivo crear más información y aportar al crecimiento de
todos.
¡Hasta la próxima!
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